viernes, 24 de octubre de 2014

SPANDAU BALLET. BISUTERÍA DE LUJO.


   Tras la gira Reformation del 2009, Spandau Ballet elige 2014 para intentar,  ahora sí, poder subirse a la ola del revival y reiniciar su carrera musical.

Su vuelta a los escenarios viene amparada por el film “The Soul Boys Of The Western World”, y el recopilatorio “The Story”, porque si “los otros”, esos paletos de Birmingham, han podido ¿Por qué no ellos? 

Y resulta acertado, hacerlo bajo el marco de un documental que expone su historia, desde sus comienzos en los clubs de Londres, en los que bullía el Nuevo Romanticismo de todos los hijos de Papá Roxy Music y Mamá Bowie, hasta su final, crispado por batallas legales  entre Gary Kemp y el resto de la banda.

Y ahí se ve la experiencia cinematográfica del propio Kemp, al que no le importa quedar de villano, sabedor de que encantan esas historias de segundas oportunidades y de disputas de décadas que se superan al abrigo de los abrazos que ahora se pegan al final de los conciertos.

Otro cuestión sería calibrar si, actualmente, tiene recorrido la propuesta musical de un grupo tan incrustado en una época. Si el pop fácil de aquellos chavales de los 80s tiene sentido interpretado por unos cincuentones, o si les quedan canciones dentro que llamen la atención de los nostálgicos que sólo quieren que se le repasen los clásicos de su juventud.

Opino que el pinchar este reciente Greatest Hits hace despejar rápidamente las dudas al comprobar lo bien que aún suena temas tales como la primaria “Cut A Long Story Short” y su pegajoso riff de teclados que es un fogonazo electro-pop, hoy y en 1980; la alegre pompa de jabón de “Lifeline”; la MAGNÍFICA “Through The Barricades” y su depurada épica; el funky caliente de “Chant Nº 1”; o los himnos “True” y “Gold”, contenidas piezas de satén que le sientan de maravilla a estos maduros Spandau Ballet.

Con respecto a las canciones nuevas, “Soul Boy” y “Steal”, no pasan del aprobado, pero “This Is The Love” es la esperanza de que su próximo disco en estudio, previsto para 2015, pueda alcanzar el alto nivel de All You Need Is Now (2010) de los innombrables.

La canción se apoya en la fuerza el saxo de Steve Norman, elegantes arreglos de cuerda, los coros de los Kemp, y, sobre todo, la voz de tenor de Tony Hadley, que ya tiene hechuras del gran Brian Ferry. Hadley y sus enormes pulmones hinchan de optimismo una composición, que hace que se te vayan los pies tras el brillo dorado de Spandau Ballet.


Puede que si rascas la superficie, descubras que el oro sólo está en el exterior, pero… ¿qué más da?

No me puedo imaginar lo que sería un concierto Spandau Ballet-Duran Duran (al final, lo he dicho) en pleno 2015, en Londres, con un público entregado, lleno de supervivientes del New Romantic que perciban en el ambiente la máxima: “Ey, aún nos queda pelo para peinar, baterías en el sintetizador y las mismas ganas de bailar que hace treinta años”.

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