domingo, 3 de marzo de 2013

JAMES HARDEN. ROCKET MAN.




     Años llevaban los Houston Rockets buscando un mascarón de proa que les abriese camino hasta la zona noble de la Conferencia Oeste.  Ya que ni el fugaz base Steve Francis, ni el quebradizo combo Yao-McGrady fueron combustible suficiente para hacer despegar el cohete.

En el pasado verano, se desperdigó el aguerrido grupo que había mantenido el tipo en las últimas temporadas, y salen los Lowry, Goran Dragic, Luis Scola, Budinger…para hacer hueco en la masa salarial a algún Alfa que luciese en los pósters del Toyota Center.

La lucharon con Dwight Howard, sin saber que éste sólo los quería para darle celos a Lakers, e incluso lo tuvieron hecho con Pau Gasol. No obstante, a punto de comenzar el campeonato, las principales caras nuevas eran un sobrepagado Jeremy Lin, el tosco pívot turco Omer Asik, y el atormentado novato Royce White.

Ya casi con la mente en el verano del 2013, se sentaron a esperar el desenlace de la negociación del contrato de James Harden con los OKC Thunder.


Sobre la mesa, el jugador puso su título de mejor sexto hombre de la temporada 11-12, su medalla de oro olímpica, sus prometedores 23 años, sus puntos y su circulación de balón cuando Westbrook se ofusca, y el ser un favorito de la grada. Total= 60 millones por 4 años.

Sin embargo, Sam Presti, el hombre que lo había seleccionado en el Nº 3 del draft de 2009, procedente de Arizona State, le hizo dos anotaciones en la columna del Debe: La recién firmada renovación del pívot africano Serge Ibaka que, junto a las pretensiones de Harden, acercaba a los Thunder al temido impuesto de lujo, y, sobre todo, su decepcionante actuación en la Finales contra Miami Heat. Total= 54 millones por 4 años.

Y por un quítame allá 6 millones se rompió el núcleo triunfal de los Thunder, que enviaron a Fear the Beard a los Rockets, pensando fabricar un James Harden más barato con la recuperación del base Eric Maynor y los triples de “Cuscús” Martin.

En Houston, reciben a este escolta de perfil persa y hechuras de estrella, pero que siempre había sido suplente en su carrera NBA. Las posibles dudas fueron despejadas desde el primer día, con los 37 y 45 puntos de sus dos primeros partidos vistiendo el 13 rojo. Así mismo, no sólo se codea con Durant, Lebron, Melo y Kobe en la lista de máximos anotadores, sino que ha servido de catalizador para estos jóvenes Rockets que colideran la liga en puntos por partido, y se asientan en los puestos de playoffs.   


Tales mejoras fueron agradecidas con un mastodóntico contrato de 80 millones por 5 años, y su primer All-Star. Aún así, para Harden todavía había una fecha clave por llegar: el 20 de Febrero de 2013. Su primer partido contra Oklahoma.

46 puntos con 7/8 en triples, 8 rebotes y 6 asistencias después, ya se puede decir que en los Rockets han encontrado quien reviva el Sueño del que despertaron en 2001, y que el futuro de la franquicia tejana, luce con estilo, una densa barba negra.


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